La postproducción a las puertas de 2021

Hemos recorrido un largo camino desde aquellas primeras soluciones de edición no lineal y que requerían del uso de carísimas tarjetas de video dedicadas. Por aquel entonces un sistema de postproducción completo constaba de ordenadores grandes y pesados acompañados de voluminosos monitores de tubo que no estaban pensados para viajar.

Con discos duros donde lo habitual era poder meter un único proyecto y tiempos de render que podían suponer varias horas, la dinámica de trabajo funcionaba a un ritmo diferente y requería de una planificación más precisa. Además, pese a ser ediciones no-lineales seguía siendo indispensable el uso de magnetoscopios tanto para poder capturar el material original como para entregarlo una vez finalizado.

La edición no-lineal reducía considerablemente los tiempos en los flujos de trabajo además de propiciar trabajos más elaborados y con mejores acabados por lo que su adopción fue rápida. AVID, Edit, Speed Razor o DPS Velocity eran los softwares habituales en las salas de postproducción, que a menudo venían en un pack con algunas tarjetas de edición.

El paso siguiente sería la conversión digital completa de los flujos de trabajo, que llegaría primero en soporte de cintas (DVCAM, DVCPRO, Betacam DIGITAL, etc.) las cuales terminarían siendo reemplazadas por las tarjetas de memoria, mucho más cómodas y rápidas.

Con todo esto, el tiempo desde que el operador de cámara registra las imágenes, hasta que son editadas y entregadas, se ha reducido drásticamente. Si a esto le sumamos que un pequeño ordenador portátil es capaz de realizar con solvencia trabajos de posproducción complejos en cualquier lugar del mundo, conseguimos que se puedan realizar entregas y difusiones desde -y durante- el propio evento a cubrir.

En esto internet ha jugado un papel muy importante y en cierta manera ha supuesto también una revolución añadida, ya que ahora es posible enviar un cómodo archivo informático con el máster -y sin compromisos de calidad- a medios, televisiones o al propio cliente, de manera directa y casi instantánea.

Todo esto supone replantear no ya sólo los flujos de trabajo, sino también la manera en que el sector audiovisual puede ofrecer sus servicios.

Las posibilidades aumentan exponencialmente llegando al punto de que es posible rodar en un lugar a la vez que se va haciendo la posproducción a miles de kilómetros de distancia. Nuevos servicios como https://frame.io/ no hacen sino ponerlo todavía más fácil, permitiendo agilizar el proceso de revisión, notas y cambios a través de una plataforma unificada, sencilla y rápida.

Gran parte de su éxito viene dado por su profunda integración con los programas de postproducción más populares como Premiere Pro, Final Cut Pro, After Effects, DaVinci Resolve o AVID Media Composer. Pero sobretodo por la posibilidad de que el cliente acceda de manera sencilla no solo a través del ordenador sino también por medio de apps específicas para tablet y móvil.

Incluso viejos conocidos como https://vimeo.com/ ya incorporan algunos retazos de las herramientas de revisión al estilo de los que ofrece Frame.io aunque a un nivel mucho más básico. Y no hay que olvidar la importancia que ha tenido y sigue teniendo WeTransfer para el sector audiovisual, que lo ha adoptado como una manera sencilla, rápida y fiable para enviar archivos de tamaño medio.

Por su parte y de manera adicional, las redes sociales se han convertido en un medio excelente para la difusión de contenidos audiovisuales y esto permite llegar directamente al público objetivo que en ocasiones no podrá ser alcanzado de la misma manera a través de televisión lineal.

Las redes sociales es un excelente medio para la difusión de contenidos audiovisuales porque permite llegar directamente al público objetivo que ya no ve la televisión lineal.

Javier Gallén, responsable de contenidos audiovisuales en Tactic Audiovisual

Y ya no solo con vídeos pregrabados, sino también con directos que gracias a la tecnología ahora pueden realizarse con extrema sencillez, reduciendo enormemente los costes. Esto nos lleva a poder ofrecer directos de eventos y acontecimientos de casi cualquier índole y que en el pasado quedaban relegados a una difusión mínima.

Hoy las posibilidades son casi infinitas lo que nos lleva a la necesidad de adaptarnos a una nueva realidad audiovisual en la que tenemos la responsabilidad de saber transmitir al cliente todo el nuevo abanico de posibilidades que se abre en su beneficio.

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